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La Unión Europea estudia cómo extender la recaudación del IVA a servicios de economía colaborativa como Airbnb o Blablacar. Sus usuarios hoy están exentos de pagarlo.

Una oportunidad de oro para recaudar más dinero. Así es como ve la Unión Europea a la economía colaborativa, a los servicios ofrecidos por Airbnb, Blablacar o Share Your Meal. Bruselas publicó ayer su esperado informe sobre el sector, una hoja de ruta para abordar la regulación de estas plataformas, y un apartado entero está dedicado a uno de los temas más espinosos: recaudación de impuestos. Y, sobre todo, del IVA. ¿Por qué? Muchos de estos servicios operan hoy en día en el limbo: sus usuarios no pagan IVA (y la mayoría tampoco IRPF). Es dinero que podría acabar en las arcas estatales pero que vuela a otros bolsillos. Y la UE avisa: es hora de meter mano.

En su informe, la Comisión Europea plantea el problema de base actual: cada Estado miembro tiene su propia definición de economía colaborativa. Hay casos de todo tipo y todos sin legislar desde el punto de vista impositivo. Hay usuarios particulares que entran en estas plataformas para compartir gastos, otros que entran para ganar dinero (y, entre ellos, los que ganan poco frente a los que obtienen casi un sueldo mensual), profesionales que actúan como particulares, profesionales que actúan como tal… El primer gran reto al que se enfrenta la UE es armonizar todo este guirigay: decidir quién debe estar sujeto a impuestos, quién no y los criterios a tener en cuenta.

Hoy en día cada país europeo va por libre en lo referente a la regulación impositiva de las plataformas colaborativas. Millones de personas en Europa utilizan Airbnb o Blablacar pero no pagan ni IVA ni, en su mayoría, IRPF. ¿Deberían estar sujetos todos al pago del IVA? ¿Solo los profesionales y no los particulares? ¿Solo aquellos que generen unos ingresos por encima de un nivel determinado? ¿Cómo procesar todos esos pagos?

«En España ahora mismo todo esto está en el aire. En cuanto al IRPF, la actividad de compartir gastos de viaje, por ejemplo, no entra en ningún supuesto. No es rendimiento de trabajo, no es actividad económica, no varía tu patrimonio… Y el IVA se aplica solo a actividades económicas, por lo que los usuarios quedan exentos. Se ha aplicado a internet la legislación tributaria de siempre, y eso no funciona», explica Jaime Rodríguez, responsable en España y Portugal de Blablacar.

En su informe la UE deja claro que ha llegado el momento de abrir el debate y crear nuevas normas. «Estamos trabajando con el Comité de IVA para establecer principios básicos y analizar la situación. Los retos a los que se enfrentan los Estados Miembros con el crecimiento de la economía colaborativa ilustran la necesidad de simplificar y modernizar la legislación impositiva. La Comisión está estudiando la posibilidad de extender la Ventanilla Única del IVA para los servicios electrónicos, de forma que cubran también la oferta de bienes», explica.

De momento son pruebas que tienen una única finalidad: ver cómo y en qué casos se podría ampliar la recaudación del IVA a la economía colaborativa. Fuentes del sector consultadas señalan que el aspecto tecnológico es el menos preocupante. Airbnb, por ejemplo, ya ha establecido con ciudades como Ámsterdam, Lisboa o París un sistema de «collect & remit» para recabar las tasas turísticas cuando los usuarios reservan en su web y enviar el dinero a la administración. «Barcelona tiene una tasa turística pero aún no hemos establecido este sistema, siempre hemos estado dispuestos a trabajar con la administración, es cuestión de dialogar», explica un portavoz de Airbnb.

Francia ya está analizando cómo establecer límites de ingresos anuales a los usuarios de estas plataformas para determinar si deberían pagar o no a IVA e IRPF. Estonia está probando con Uber cómo conectar sus sistemas a los de la compañía para que esta envíe directamente los datos fiscales de los conductores, una idea que podría extenderse para la recaudación del IVA en más plataformas. Y otros países están comenzando a exigir a las empresas de economía colaborativa que envíen a sus usuarios extractos anuales de ingresos y actividad para recordarles la obligación de pagar impuestos (si procede). Por ahora son solo iniciativas y pruebas, pero algo está claro: tarde o temprano acabaremos pagando más por alquilar una casa en Airbnb o compartir un coche con Blablacar. Y la culpa será del IVA.

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